martes, 7 de octubre de 2008

ACTIVIDAD INICIAL: PORTADA DEL LIBRO

1. TÍTULO DEL LIBRO

Estos "diez experimentos más bellos de la Física" fueron elegidos, en primer lugar, por el historiador científico Robert Crease, quien decidió encuestar a la revista Physics World (muy conocida en E.E.U.U. Ver imagen 1.). 200 personas respondieron, votando por el experimento que consideraron más hermoso de todos; estas personas eran profesionales científicos, por lo que 200 respuestas bien puede ser considerado un éxito. El autor del libro, Manuel Lozano Leyva, se interesó por dicha encuesta, que fue recogida en multitud de periódicos en todos los países (incluyendo El País) y tuvo la genial idea de escribir un libro sobre el tema. Estos experimentos, además, al ser ordenados de forma cronológica, siguen una línea casi perfecta (exeptuando un vacío medieval); por otra parte, el autor también observó que todos o casi todos ellos giraban en torno al carácter de la luz o la electricidad. Son éstos los hilos conductores, no uno, sino dos, que llevan el libro, y las historias de Historia que éste contiene, hacia delante.


Las motivaciones que este libro pudiera tener dentro de la asignatura de Física y Química son abundantes; de hecho, difícilmente podría ser más relevante para nuestra clase, sobre todo dentro del contexto de la historia de la Física que ahora mismo estamos aprendiendo. Como ejemplos, podría mencionar que varios de los experimentos que aparecen en el libro coinciden con los contenidos de nuestra asignatura: los diversos modelos atómicos que han surgido a lo largo de la historia (ver imagen 2), todo lo relacionado con Galileo (que hemos dado hasta ahora), Aristóteles... Son, al fin y al cabo, demasiados ejemplos para entretenerse en enumerarlos uno a uno. Sin embargo, lo que sí pienso enumerar, así como a sus autores, son los experimentos que componen el libro.

Empezaré por nombrarlos en el orden en el que fueron elegidos por la revista Physics World.

1. Interferencia de los electrones al atravesar una doble rejilla - Einstein, Bohr, De Broglie, Heisenberg y otros.
2. Caída libre de los cuerpos - Galileo.
3. Determinación de la carga del electrón con gotas de aceite - Millikan.
4. Descomposición de la luz solar con un prisma - Newton.
5. Interferencia de la luz - Young.
6. Medida de la fuerza de la gravedad con una balanza de torsión - Cavendish.
7. Medida de la circunferencia de la Tierra - Eratóstenes.
8. Caída de los cuerpos en planos inclinados - Galileo.
9. Descubrimiento del núcleo atómico - Rutherford.
10. Péndulo de Foucault - Foucault.

Ahora, una vez puestos en orden cronológico, combinados los dos experimentos pertenecientes a Galileo y agregado el de Arquímedes, el libro aparece así:

1. Principio fundamental de la hidrostática - Arquímedes.
2. Medida de la circunferencia de la Tierra - Eratóstenes.
3. Caída libre de los cuerpos - Galileo.
4. Descomposición de la luz solar - Newton.
5. Constante de gravitación universal - Cavendish.
6. Carácter ondulatorio de la luz - Young.
7. Movimiento de la Tierra - Foucault.
8. La unidad de carga eléctrica - Millikan.
9. El núcleo atómico - Rutherford.
10. La rendija doble - Einstein, Bohr, De Broglie, Heisenberg y otros.

Y, bien, ¿de qué nos sirve esto? Esta es la pregunta que puede hacerse alguien antes de leer este libro. Yo respondo a ella con otra pregunta: ¿De qué nos sirve conocer nuestra Historia? Sí, Historia, con mayúscula, pues su importancia está más allá de nuestro alcance. Es el compendio de todo nuestro pasado, de todos los hombres y mujeres que vivieron y trabajaron antes que nosotros para dar lugar a la vida que vivimos ahora. Es la misma Historia, aplicada al campo de la Física. Sí, ciertamente, ¿de qué nos sirve? Solamente para conocer nuestro pasado. Para lograr comprender, aunque sólo sea una mínima porción de éste, el motivo que hace que hayamos llegado a donde estamos hoy en día. De esto nos sirve.

Hablemos ahora de los experimentos en sí de este libro. Muy por encima, antes de leer el libro, podría decir que conozco alguno de estos experimentos. O quizás no sería correcto decir alguno, sino algunos, pues son más de uno: el de Arquímedes, el de Foucault, el de Newton, el (los) de Galileo y el de Eratóstenes. Son estos aquellos de los que he oído hablar y sé, más o menos, cómo funcionan. Del resto, desgraciadamente, no había tenido noticia. Pero este no es motivo de angustia, sino que me permitirá, a mí y a todos los que no los conocían, saber de ellos una vez hayamos leído el libro.

Bien, puede que no conociera todos los experimentos, pero los científicos, por lo menos de oídas, los conozco. No a todos, claro está (aunque bien debiera): aquellos a los que no conozco son Millikan y De Broglie.

Para terminar este primer punto de la actividad, quisiera decir que la experiencia que se nos propone con esta lectura será una de las más útiles y entretenidas que podamos haber jamás relacionado con un libro como este. He de confesar que, por mi propia iniciativa, probablemente no habría leído este libro de haberlo visto en el escaparate de una librería, sino que me habría decantado por una lectura de ficción. Por esto debo agradecer a mi profesor de Física, Ángel, que nos haya prestado este libro para trabajar con él, y nos haya abierto las puertas de nuestro pasado.


2. ANÁLISIS DE LA ILUSTRACIÓN

A primera vista, la portada de este libro puede parecer un simple dibujo, sin más implicaciones que las propias de un anciano disfrutando de un baño. Para alguien con un conocimiento mínimo, o básico, de ciencia (en concreto, de Física), las cosas empiezan a iluminarse delante de sus ojos como al ser apuntadas por el foco de un escenario.

En primer lugar, tenemos al anciano. Que, por supuesto, no es un anciano cualquiera, sino Albert Einstein, fácilmente reconocible a lo largo y ancho del globo por su expresión, famosa con su lengua extendida y expresión sonriente. Realmente, ¿quién no reconocería esta cara en cualquier ciudad desde Tokyo a Washington, y desde Lisboa a Moscú? Se debe, y aquí se avecina una anécdota, a una fotografía que hizo el fotógrafo Arthur Sasse en el septuagésimo segundo (72) cumpleaños de Einstein, en 1951. Sasse intentó persuadirlo de que sonriera a la cámara; sin embargo, Einstein, muy cansado por haber sonreído para tantas fotos en aquel día, sacó la lengua en vez de sonreír. La fotografía se convirtió en una de las más populares de Einstein jamás tomadas, y es ahora uno de los iconos de la cultura pop más famosos. Si se hace click en la foto se puede acceder a una explicación de esto (en inglés).



En segundo lugar, está la bañera. Esta no es tan fácilmente apreciable como referencia física, por lo menos para ojos y mentes no entrenadas. Pero con un rápido vistazo a las palabras que aparecen en dorado sobre la imagen tenemos la respuesta a nuestra segunda incógnita: Arquímedes. Arquímedes no aparece en la caricatura; lo hace un símbolo de su experimento más famoso, el que figura en el libro: el principio fundamental de la hidrostática. Cuenta la Historia, que no leyenda, que Arquímedes se sumergió en una bañera como cada día, sin haberle dado jamás la menor importancia a este hecho, cuando se fijó en que el nivel del agua subía al entrar él en la pila. Dicen, y esto es ya menos científico, que no se molestó en vestirse siquiera cuando descubrió esto, y que salió corriendo por las calles, aún mojado, gritando "Eureka". Eureka significa (lo) he encontrado. ¿Qué había encontrado? El método de medir el volumen de un sólido irregular. Estaba buscando este método para hallar la densidad de la corona de su rey, pues sospechaba que no era de oro puro, sino de una aleación de oro y plata. Y tenía razón. Una última anécdota/curiosidad sobre Arquímedes antes de proseguir: la "bañera" en la que hizo su descubrimiento no fue una tal y como la imaginamos hoy, sino una pila de piedra, cuadrada, en un baño público, decorada con cerámica (al estilo de las termas romanas). Sea como fuera, si la bañera, o terma, no hubiera estado demasiado llena, tal vez Arquímedes no habría descubierto este principio. O tal vez sí.

Por tanto, la ilustración, al igual que el libro, siguiendo el orden cronológico de los experimentos, va desde Arquímedes (la bañera desbordando agua) a Einstein. Desde el principio de la hidrostática a la rendija doble, añadiendo una sutil clave de humor que se ve patente a lo largo del libro entero, y que anuncia, antes de abrirlo o de tocarlo, que este libro no es uno cualquiera; éste carga a la espalda el peso de nuestra Historia sin ser un libro teórico y pesado, como aquellos que al abrirlos por una página al azar son totalmente incomprensibles. Es un entramado tupido y complejo del pasado de la Física con hilos de humor que se entretejen por los nudos de la Historia, dejando ver unas vetas de color en lo que, hoy en día, a mucha gente (no sólo de mi edad) le parece estar únicamente compuesto por tonos de gris.

3. BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN SOBRE EL AUTOR: MANUEL LOZANO LEYVA.



El hombre que aparece en estas imágenes es el autor del libro, Manuel Lozano Leyva.



Estos son unos vídeos en los que aparece una entrevista al autor y una "charla" televisiva sobre las energías renovables, respectivamente.



Manuel Lozano Leyva es el catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear, de la Universidad de Sevilla desde el año 1994. Nació en Sevilla en el año 1949. En el mundo, es uno de los científicos y físicos españoles mejor conocidos, debido a sus estudios en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y a su trabajo en Copenhague (Instituto Niels Bohr), Padua, Italia (Universidad de Padua), Daresbury, Inglaterra (Instituto de Física Nuclear) y Munich (Universidad de Munich).

Aparte de este libro, ha escrito varios libros más. Entre los principales se encuentran: "Los Hilos de Ariadna: Diez Descubrimientos Científicos que Cambiaron la Faz del Mundo", "El Galeón de Manila", "El Enviado del Rey", "La Excitación del Vacío" y "El Cosmos en la Palma de la Mano: Del Big Bang a Nuestro Origen en el Polvo de Estrellas".

Esto es todo, por ahora.
Espero que la lectura de esta entrada haya resultado, por lo menos, levemente entretenida. Me conformo con eso.

Haizea Muñoz

1 comentario:

ANGEL dijo...

Es un artículo brillante, en el que está expresada tu opinión a la perfección. La caricatura de Thomson es un primor. Quizá, por ponerte alguna pega, cabría decir que es poco sintético (me pregunto cuánto ocupará tu artículo cuando sea de un capítulo entero). Está muy bien documentado, y has hecho muy bien en incluir las entrevistas del profeso Leyva. Enhorabuena.